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Asegura decisiones basadas en datos confiables: Un buen sistema de medición garantiza que las decisiones sobre calidad, producto o proceso se fundamenten en información precisa.
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Reducción de desperdicios y retrabajos: Detectar y corregir errores de medición evita falsas alarmas o rechazos innecesarios de productos buenos.
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Incremento en la precisión del control de procesos: Con datos más exactos, las empresas pueden ajustar procesos con mayor efectividad y menor variabilidad.
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Cumplimiento de estándares y auditorías: MSA es requisito en normas como IATF 16949, ISO 9001 y Six Sigma, facilitando auditorías internas y externas.
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Mayor credibilidad técnica ante clientes: Una empresa con mediciones confiables genera confianza en la consistencia y calidad de sus productos o servicios.
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Mejor confiabilidad entre áreas y con proveedores: Tener sistemas de medición validados asegura coherencia entre mediciones de producción, laboratorio y clientes.
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Reducción de costos por errores de medición: Minimiza pérdidas económicas por productos rechazados, reprocesos o reclamos injustificados.
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Base sólida para proyectos de mejora continua: Sin mediciones confiables, no hay mejora real; el MSA se convierte en la base de toda estrategia de calidad o Six Sigma.