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Visión clara del proceso completo: El VSM permite a la organización ver, de forma visual y comprensible, cómo realmente fluye el valor y dónde se generan pérdidas.
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Identificación de desperdicios y oportunidades de mejora: Facilita detectar cuellos de botella, reprocesos, esperas, sobreinventarios y flujos de información ineficientes.
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Aumento de productividad y eficiencia: Elimina actividades sin valor agregado, mejorando el aprovechamiento de recursos humanos, materiales y de equipo.
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Reducción de tiempos de ciclo y lead time: Al optimizar el flujo de valor, se acortan los tiempos totales desde el pedido hasta la entrega.
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Comunicación interdepartamental más efectiva: Todos los involucrados pueden entender visualmente el flujo, fomentando colaboración y trabajo transversal.
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Base sólida para proyectos Lean o de automatización: El mapa de la cadena de valor es el punto de partida ideal antes de implementar proyectos de mejora o transformación digital.
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Mejora en la calidad y satisfacción del cliente: Al hacer los procesos más rápidos y predecibles, se reducen errores y se entregan productos o servicios con mayor consistencia.
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Toma de decisiones basada en datos y evidencias: los resultados del VSM permiten priorizar mejoras con base en hechos, no en percepciones.
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Fomento de la cultura de mejora continua (Kaizen): VSM involucra a los equipos en la identificación y priorización de mejoras, fortaleciendo el compromiso con la eficiencia.